México apenas sobrevivió al encuentro con Uzbekistán en un dramón

Parece que Jimmy Lozano y su escuadra mexicana se han topado con una especie de rompecabezas futbolístico al enfrentar a Uzbekistán en este último encuentro del “Moletour”. ¿Quién necesita Netflix cuando tienes partidos como este, llenos de drama, goles y errores épicos? 

México tuvo la oportunidad de jugar contra rivales, digamos, más glamurosos y fuera de Estados Unidos. Pero no, decidieron quedarse en “los United” para conectar con la afición y, claro, hacerse de un buen dinerito.

Ahora, hablemos de los deslices de la defensa mexicana. Imagina que estás viendo una película de terror y cada vez que el protagonista abre una puerta, ¡sorpresa! Hay un monstruo. Esa fue básicamente la defensa mexicana: un festival de sustos aéreos culminando con el gol de Bobur Abdikholikov para Uzbekistán. Pero tranquilos, llega el héroe de la película, Raúl Jiménez, que como si fuera el Rambo del fútbol, se cuela entre los defensores uzbekos y ¡zas!, anota.

Y para aquellos que se preguntan si jugar sin defensa hubiera hecho alguna diferencia para México, la respuesta es que probablemente no. En un contraataque, los uzbekos dejaron atrás a la defensa mexicana y marcaron de nuevo. Pero claro, en la tierra del “tri”, la fiesta nunca termina, y Raúl Jiménez se aprovecha para descontar.

Ahora, cambiemos de canal y hablemos de los uzbekos. Lo admito, tuvimos que hacer la tarea porque, seamos sinceros, pocos saben algo sobre los jugadores de este equipo. Pero resulta que tienen a su propio Ronaldo, Eldor Shomurodov, que no solo es un nombre genial para un superhéroe, sino también el máximo goleador de la selección de Uzbekistán con 37 goles.

Para resumir este episodio digno de una telenovela, digamos que el encuentro fue una montaña rusa de emociones. Pasamos de un Uzbekistán feroz a uno un poco menos impresionante, mientras México lograba mantener su récord de inconsistencia. Eso sí, todo el mundo ganó algo: México, experiencia y conexión con sus fans; Uzbekistán, un poco de respeto; y nosotros, un entretenido episodio más del “Moletour”. ¿Alguien tiene palomitas?